Restaurante
Las Bairetas, en
Chiva (Valencia)
Situado en la calle prolongación de Ramón y Cajal s/n - 46370 Chiva - Espacioso local con aspecto exterior de nave de polígono, y con amplia zona de aparcamiento. En su interior cuenta con varias salas, buena distancia entre las mesas, una decoración moderna y elegante. Destacar su buen trato y un personal de sala muy servicial y profesional.
Destaca por ser un lugar especializado en elaborar arroces a fuego de leña, aunque esta vez prescindimos de esa opción y nos decidimos por un extenso recorrido por sus muy atractivo surtido de entrantes. Otro detalle que me gustó fue su carta de vinos, completa, bien elaborada y con unos precios mas que correctos.
Nada más tomar asiento, para abrir boca fuimos obsequiados con una rica ensaladilla, y a los pocos minutos empezó a desfilar el carrusel de platos. Para empezar, una tostada de Anchoa 00 sobre hojaldre caramelizado, dulce de membrillo, mantequilla ahumada y queso viejo de oveja.
Seguidamente, Molleja de ternera crujiente, sobre pimientos de piquillo caramelizados a la brasa y mostaza. Un plato que gustó mucho tanto por sus texturas como por sus sabores bien armonizados.
El primer vino para acompañar estos primeros planos fue "
Louro do Bolo" un vino blanco monovarietal cosecha 2023 de uva Godello, elaborado por
Rafael Palacios bajo el sello de calidad de la
denominación de origen Valdeorras, un perfil muy interesante tanto por su persistente fragancia afrutada como por su paso por boca estructurado y de postgusto largo. Elaborado con uvas de pequeñas parcelas de una edad media de 25 años, situadas a una altitud superior a los 600 metros y cultivadas sobre suelos arenosos de granito y suelos arenosos con sedimentaciones de arcilla. Estas parcelas se encuentran en el municipio de O Bolo, en las pedanías de Chandoiro, Lentellais, Outardepregos y Santa Cruz do Bolo. El trabajo principal en la viticultura, es la conducción de estos viñedos hacia un método de trabajo tradicional y ecológico, libre de tratamientos agresivos para la planta y su suelo. Como resultado, la expresión del microclima de O Bolo y su suelo arenoso de granito, toman protagonismo en el perfil “terroir” del vino, destacando así la mineralidad y su carácter salino. El mosto fermenta en Foudres de 35 Hl. de roble francés y permanece en crianza sobre sus lías finas durante 4 meses hasta su embotellado.
A continuación, bajo recomendación expresa de la casa, Alcachofas estilo carbonara, con guanciale y pecorino trufado. Sin duda un rotundo espectáculo para los sentidos. Texturas y sabores para quitarse el sombrero. Este restaurante ya merece una visita expresa, solamente por poder nuevamente disfrutar de esta deliciosa propuesta.
El siguiente plato, Steak tartar con escalope de foie y pastel de patata. Una presentación algo atípica para uno de mis platos fetiches. Sin duda no me esperaba tal composición. No me disgustó, pero sigo siendo más de una preparación más tradicional, para tal tipo de propuesta.
El siguiente vino que decidimos tomar fue "
Supersónico" cosecha 2020, un vino de garaje elaborado por
Bodegas Frontonio, un monovarietal de uva Garnacha (aunque contiene una pequeña pincelada de uva blanca macabeo), procedentes de 2 Ha de viñedos tradicionales de monte, en vaso y de secano, cultivados de forma sostenible. Pequeñas elaboraciones artesanas criadas, en viejas cuevas. San Frontonio, mártir decapitado cuya cabeza fue encontrado río arriba, simboliza el espíritu de este productor, de ir a contracorriente. La frescura de la Garnacha llevada a su extremo 1.030 metros de altitud hacen que sus uvas den un vino de color rojo cinabrio ligero. Grosellas, violetas y laurel sobre un marcado fondo mineral. Muy fresco, liviano y cítrico. Impresiona la elegancia de sus taninos y su interminable longitud redonda y floral.
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A continuación, Torrezno ibérico sobre una crema de aguacate (sin llegar a ser guacamole), sweet chili y pico de gallo. Este plato generó controversia entre los comensales ya que la base dulce y textura blanda aportada por la base, pensamos que no le acertó al torrezno, ni por textura, ni por sabor, sin embargo la textura crujiente del topping, resultó muy apreciada. Desde mi punto de vista, al torrezno le falto un poco de crujiente, tal vez por falta de tiempo en el fuego.
Por último, Pulpo estilo Café de Paris, con patatas fritas en dados y una deliciosa crema, estilo mayonesa de pimentón. un conjunto delicioso que pese a todo lo que ya habíamos comido, de lo bueno que estuvo, la ración presentada en el plato nos supo a poco.
Ahora queda pendiente volver para poder también dar cuenta y disfrutar de sus tan afamados arroces, elaborados al fuego de leña y que durante esta visita no nos animamos a descubrir.
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