Restaurante Sr. Ito, en Madrid
Situado en el número 60 de la calle Pelayo, en pleno centro del barrio de Chueca y solamente a 5 min andando de su parada de metro, nos encontramos con este coqueto restaurante de cocina japonesa, fusión con cocina mediterránea de mercado, en el que cené el pasado Sábado 4 de mayo 2024
El interior se dispone a dos alturas, no destaca por su decoración ni por su glamour, ya que no tiene aspecto ni decoración del típico restaurante de temática oriental, pero cuenta en su interior con una mini galería de arte gracias al mural de su entrada, comisariado por el crítico de arte Mateo Feijóo, que invita a un artista cada tres meses a cambiar la pared.
Arte en sus muros y en sus platos.
Pero sobre todo, lo recomiendo por su cocina, por el buen trato, por su servicio, por la variedad de su carta y por supuesto por su meticulosa selección de vinos, cuales son a su vez ofrecidos por copas, para darnos la posibilidad y el gusto de poder armonizar cada plato, sin la necesidad de tener que pedir botellas enteras.
Las opciones que ofrece su carta son múltiples, y la relación calidad precio es muy acorde al nivel de preparación de los platos. La combinación (fusión) de los ingredientes es sorprendente, y su resultado final es una exquisita sensación, ideal para colmar nuestras expectativas sensoriales.
Después de revisar las fotografías y los platos que voy a describir a continuación, me quedo con la sensación de tener esa necesidad, de volver a conocer las otras muchas propuestas que fueron servidas en mesas colindantes, cuales me pasaron por delante en repetidas ocasiones y que con mucho gusto me hubiera también atrevido a saborear.
Bao de pollo glaseado coreano a la barbacoa con huevo de codorniz y salsa kimchee.
Bao socarrao con vieira, salsa holandesa de soja y sésamo.
Seguidamente, pedimos un acertado surtido de Makis y Uramakis o como aquí lo llaman, Rolls
Obligado también a citar el vino, Majuelo del Chiviritero cosecha 2022. Un monovarital de uva Verdejo, de fermentación espontanea en barrica de roble francés, elaborado por Cantalapiedra Viticultores. Un espectacular vino blanco, fuera de la denominación de origen Rueda. Completo y complejo. Con una buena nariz con fruta madura, ligeras notas de coco y un sedoso paso por boca, intenso, equilibrado, serio y franco. Con un postgusto largo e intenso, muy acorde a los sabores y las propuestas presentadas en los platos.
Encantados de la experiencia, es obligado seguir muy de cerca las próximas propuestas de este restaurante. Queda obligado fijar la fecha de una próxima visita, espero que sea muy pronto.
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