Local situado en el paseo marítimo, calle Blasco Ibanez nº12, 12500 Vinaroz, España
Es un restaurante pequeño, muy limpio y acogedor, en el que pude comer el Miércoles 26 de Febrero 2014, aunque nada más entrar tuvimos la mala suerte de encontrarnos con mucho humo de la cocina y la ropa nos olió a comida para todo el resto del día.
Es un restaurante pequeño, muy limpio y acogedor, en el que pude comer el Miércoles 26 de Febrero 2014, aunque nada más entrar tuvimos la mala suerte de encontrarnos con mucho humo de la cocina y la ropa nos olió a comida para todo el resto del día.
Este restaurante tiene
todo el comedor situado frente al mar, con una vista fabulosa y una decoración
un tanto peculiar pero agradable... Aunque el lugar nos pueda dar la
impresión de que tenga pintas un poco tradicionalista, el servicio y la comida
son excelentes. El dueño se llama Roland, es un hombre de edad avanzada y de origen francés, muy agradable pero muy tranquilo. Hay
que ir sin prisas, ya que además los platos se elaboran todos al momento y este
detalle tan valorable y apreciable, precisa su tiempo.
Al ojear su extensa carta, vimos que lo mejor era optar por el menú degustación, ya que gracias a esta
opción se puede disfrutar de una gran variedad de platos y poder así probar todas
las especialidades de la casa, 4 platos entrantes, un plato principal y postre. El primer plato fue un muy sabroso Carpaccio
de Langostinos a la hierbabuena, presentación coqueta, sencilla y correcta por
lo general, un plato agradable para empezar y para ir abriendo boca.
Seguidamente, unas Ostras semi
-gratinadas y aderezadas al vino Albariño, excelentes y muy frescas, sabrosas y
con una combinación de texturas muy interesante, tal vez la presentación del
plato no destaque por su presencia, pero la comida, que es lo que realmente
importa está realmente a la altura.
A continuación, una variado abundante de Tellinas, Navajas y Caracoles de mar, todo ello fresquísimo y delicioso, acompañado por una salsa
de ajo y aceite de oliva, junto a un poquito de limón... para chuparse los dedos.
El último entrante, Caldereta en All i Pebre de Langostinos, resultó
simplemente ser impresionante, elaborado con patata cocida y almendra molida, presentado
en una cazuela de barro nos permitió saborear un plató exquisito.
El plato principal fue un suculento y
elaborado “Arroz con Erizo de Mar”,
preparado con escasos centímetros de tomo de arroz y una textura del mismo,
ligeramente al dente. Potente sabor a frutos de mar, con un ligero tono picoso
y aromatizado con suave hierbabuena. Un arroz muy original a la vez que muy
interesante ya que no es muy corriente encontrarlo.
Al terminar este delicioso arroz, nos
dimo una tregua con un sorbete de limón y cava, para seguidamente dejar paso al
postre, que fueron unos Crêpes rellenos de Chocolate y bañados en crema de
leche con un toque de anís.
Sin lugar a dudas, este restaurante no entusiasma por sus vistas desde fuera, ni por su decoración, la cual podría ser propia de una casa francesa del siglo XIX, pero hay que atreverse a entrar, ya que los platos que se elaboran en sus fogones son dignos de las mejores mesas y de los paladares más exigentes. Os aseguro que si algún día debo volver a esta región, estoy seguro que buscaré el Restaurante La Cuina, de Vinaroz para saborear nuevamente su menú degustación.
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