Finca Pago de La Jaraba: Un viaje sensorial por el alma de La Mancha


Finca Pago de La Jaraba: Un viaje sensorial por el alma de La Mancha

En el corazón de Castilla-La Mancha, donde el horizonte se funde con los viñedos y el aire huele a historia, se alza Finca La Jaraba, un lugar que no solo produce vino, queso y aceite, sino que cultiva emociones, saberes ancestrales y experiencias inolvidables, y en el que tuve el placer de asistir a una jornada inolvidable junto a algunos de mis compañeros de la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino y de los Espirituosos (Aepev) el Miércoles 22 de octubre 2025.

Tierra con memoria: siglos de historia bajo tus pies

La Jaraba no es una finca cualquiera. Su nombre, de origen árabe, significa *“tierra abundante en agua”*, y esa fertilidad ha sido testigo de civilizaciones que dejaron huella: desde los primeros pobladores del Paleolítico hasta íberos, romanos, visigodos y árabes. Cada rincón de esta tierra respira historia, y cada producto que nace de ella lleva impresa esa memoria.

Caminar por sus campos es recorrer siglos de sabiduría agrícola. Aquí, la tradición no se conserva en vitrinas: se vive, se saborea y se transforma en excelencia.

El arte de producir con alma: vino, queso y aceite


La finca se extiende por más de 1.000 hectáreas y se organiza como un ecosistema agroalimentario sostenible, donde cada elemento está conectado:


Vinos de Pago: terroir, técnica y pasión

Bajo la prestigiosa denominación “Pago de La Jaraba”, sus vinos se elaboran con trazabilidad total, lo que garantiza que cada botella refleja fielmente el carácter del terreno. Las variedades cultivadas —Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot— se vinifican en una bodega que combina tecnología puntera con respeto por los procesos naturales.

Cada vino es una historia embotellada, con matices que hablan de sol, de tierra caliza, de brisas manchegas y de manos expertas.

Queso manchego artesano: tradición que se funde en el paladar


La quesería de la finca produce queso manchego con leche cruda de oveja, siguiendo métodos tradicionales que respetan los tiempos, las texturas y los sabores auténticos. El resultado: piezas que maduran lentamente y ofrecen una experiencia gustativa profunda, con notas de campo, frutos secos y leche pura.


Aceite de oliva virgen extra: oro líquido de cultivo propio

El olivar de La Jaraba se cultiva con mimo, y su almazara transforma las aceitunas en un aceite virgen extra de calidad superior. Frutado, equilibrado, con un toque picante al final que despierta el paladar. 

Ideal para maridar con pan rústico, verduras asadas o simplemente para disfrutarlo solo, como se hace con los grandes aceites.


Turismo sensorial: vivir la finca con todos los sentidos

La Jaraba no se visita como un museo. Se vive como una experiencia inmersiva. Sus propuestas de turismo agroalimentario están diseñadas para que el visitante conecte con la tierra, los sabores y las personas que hacen posible esta magia.


Visitas guiadas

- Recorridos de 3 horas por viñedos, olivar, quesería y bodega.

- Explicaciones detalladas sobre cada proceso, desde la cepa hasta la copa, desde la oveja hasta el queso.


 Catas comentadas

- Degustación de vinos, quesos y aceites con maridajes pensados para resaltar cada producto. Anécdotas, historia y técnica en cada sorbo y bocado.

Actividades temáticas

- Oleoturismo: descubre el ciclo del aceite, desde el árbol hasta la botella.

- Lacteoturismo: participa en la elaboración del queso manchego.

- Enoturismo: aprende a catar, a entender el vino y a sentirlo como parte de la cultura manchega.

 

Filosofía: sostenibilidad, excelencia y educación

La Jaraba es un ejemplo de cómo se puede producir con respeto, belleza y conciencia:

- Sostenibilidad real: integración de cultivos, ganadería y energías renovables.

- Excelencia artesanal: cada producto se elabora con mimo, sin prisas, con pasión.

- Educación sensorial: las visitas no solo informan, transforman. Invitan a reconectar con lo auténtico.

¿Por qué visitar La Jaraba?

Porque no es solo una finca. Es un lugar donde el pasado se cultiva, el presente se saborea y el futuro se inspira. Ideal para amantes del vino, del queso, del aceite… y de las historias bien contadas.

Finca La Jaraba es el corazón palpitante de La Mancha. Si buscas una experiencia que combine cultura, gastronomía, sostenibilidad y emoción, este rincón te espera con los brazos abiertos y la copa servida.


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