Restaurante Pub Stone, Socuellamos (Ciudad Real)


Restaurante / Pub Stone , situado en la calle Generalísimo número 84, de Socuéllamos, (Ciudad Real) y en el que pude ir a comer por motivos de trabajo, el Martes 10 de Abril 2018.
Nada más entrar, sin duda la impresión que da es la de un simple bar con una barra y sus mesas de cafetería, pero sorprende gratamente al pasar la por la puerta que da acceso al comedor, ya que su decoración nos transfiere a una atmósfera coqueta y muy acogedora, con una decoración clásica muy bien integrada tanto con la iluminación empleada, como por los elementos decorativos y por los coloridos detalles que ambientan la sala.


Al poco de tomar asiento, fuimos amablemente atendidos por una chica joven y amable, con un marcado acento extranjero. Y a pocos minutos de tomarse nota de lo que íbamos a tomar, empezaron a llegar los entrantes.
El primero de ellos, berenjena rebozada con miel, desde mi punto de vista, la presentación muy discreta, y demasiado rebozado, resultando una pasta demasiado basta y poco equilibrada con el contenido de berenjena de su interior. Espero que esta crítica constructiva, permita al equipo de cocina revisar los detalles de la elaboración de este plato, ya que este plato tal cual sería más propio de un postre que de un entrante.


El siguiente plato servido, fue un plato de jamón loncheado, que por su apariencia de corte dudo mucho que fuese cortado a cuchillo, si no más bien a maquina y de un perfil cualitativo algo justo, acompañado en el plato de unos colines y de un excelente queso manchego, curado al romero.


Seguidamente, llegó el turno de una muy buena Sepia a la plancha, troceada y servida con una  ensalada bastante apetitosa y refrescante. Destacar la sepia, tanto su textura como su sabor, resultando una ración tan escasa como apreciada por todos los que nos encontrábamos en la mesa.


Por terminar y por especial empeño de la camarera, pudimos cada uno de los presentes disfrutar, de una sorprendente croqueta casera de jamón y queso. Tamaño imponente, peso notable, textura exterior extremadamente crujiente, corteza muy estructurada no demasiado fácil de romper, y relleno muy acertado. Para no ser algo que llame en exceso mi atención, debo reconocer y valorar el merito de haber obtenido unas croquetas tan buenas.


Mi plato principal, como ya viene siendo costumbre, casi siempre que vengo y como por estas regiones manchegas, son las tan afamadas como apreciadas, Chuletillas de cordero lechal, esta vez a la brasa. Un plato que me pierde y que como se puede fácilmente entender, para un mayor placer, debería siempre ser comido con las manos, pero es obvio que a veces hay que guardar ciertos modales protocolarios, y me tuve que contentar con el cuchillo y tenedor. Citar también que las patatas fritas cortadas en forma de dado, estaban muy crujientes.


Debido a no disponer de mucho tiempo más y también  debido a que ninguno de los presentes teníamos ya mucho más hambre como para seguir con algún postre, pusimos fin a la comido con los cafés y dimos por finalizada la comida.
Espero poder pronto volver a probar otras cosas, ya que los entrantes no me dejaron demasiado contentos, pero estoy seguro que tienen otras muchas cosas a la altura de mis modestas exigencias.


Por último señalar que los vinos utilizados para acompañar los platos de esta comida, fueron estos de la colección Yugo, elaborados por cooperativa Cristo de la vega, situada en esta misma localidad.

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